Aug 7, 2024 · La misma pregunta debió formularse Philip G. Zimbardo, psicólogo social estadounidense, antes de comenzar su famoso estudio desarrollado en 1971: el experimento de la cárcel de Stanford. Lo cierto es que la ‘cárcel’ era en realidad los sótanos del Departamento de Psicología de la Universidad de Stanford, habilitados para asemejarse ... ... Nuestra cárcel se construyó cubriendo con placas cada extremo del pasillo en el sótano del edificio del Departamento de Psicología de Stanford. Este pasillo fue "el patio", el único espacio exterior donde los reclusos tenían permiso para caminar, comer o hacer ejercicio, excepto para ir al lavabo situado en el vestíbulo (los reclusos ... ... Con los ojos vendados y en un estado de choque leve provocado por la detención sorpresa por parte de la policía local, se introdujo a nuestros presos en un coche y se les condujo a la "prisión del condado de Stanford" para continuar el proceso. ... Descubre los impactantes resultados del experimento de la cárcel de Stanford. El Experimento de la Prisión de Stanford: Análisis en Profundidad de Philip Zimbardo. El Experimento de la Prisión de Stanford, llevado a cabo por el psicólogo Philip Zimbardo en 1971, es uno de los estudios más conocidos en el campo de la psicología social. ... 5 days ago · Para tratar de comprender qué llevó a los guardias de prisión a cometer tales atrocidades, el doctor en psicología Philip Zimbardo, profesor de la Universidad de Stanford ideó un experimento. Tomó a 24 voluntarios universitarios sin antecedentes y recreó una prisión en los sótanos de la facultad de psicología de la universidad. ... La película de 2015 The Stanford Prison Experiment se basa en el experimento. La serie de YouTube Mind Field, presentada por Michael Stevens, presenta un episodio que trata sobre el experimento. En la temporada 3, episodio 2 de la serie de televisión Veronica Mars, titulado "My Big Fat Greek Rush Week", se presenta un experimento similar. ... Dec 2, 2018 · Pie de foto, Placa que recuerda el experimento de la cárcel de Stanford, en 1971, que sigue siendo controversial. Información del artículo. Autor, Redacción Título del autor, BBC News Mundo ... The Stanford prison experiment demonstrated the power of social roles, norms, and scripts in affecting human behavior. The guards and prisoners enacted their social roles by engaging in behaviors appropriate to the roles: The guards gave orders and the prisoners followed orders. ... ">

El Experimento de la Cárcel de Stanford: un acercamiento al error central de atribución en el ser humano

Uno de los más célebres y controvertidos experimentos de la historia de la psicología..

Álex Melic Montañés

Álex Melic Montañés

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¿Qué influye más de cara al comportamiento: la persona o la situación? La misma pregunta debió formularse Philip G. Zimbardo , psicólogo social estadounidense, antes de comenzar su famoso estudio desarrollado en 1971: el experimento de la cárcel de Stanford.

Lo cierto es que la ‘cárcel’ era en realidad los sótanos del Departamento de Psicología de la Universidad de Stanford, habilitados para asemejarse, temporalmente, a una verdadera prisión. Estudiantes voluntarios participaron como actores, asignándose al azar el personaje que debían interpretar como guardias o presos.

Sin embargo, el experimento finalizó de forma prematura debido a sus escalofriantes consecuencias. Los presos eran deshumanizados en general por los guardias mediante el maltrato psicológico. Hasta cinco presos tuvieron que abandonar el programa por crisis de ansiedad, mientras los guardias se volvían cada vez más abusivos con el resto de presos, bajo la atenta mirada del superintendente: el propio Zimbardo.

¿Naturaleza o contexto?

El experimento de la cárcel de Stanford introdujo un marco controlado donde estudiar la adopción de roles estereotipados y la transformación de las conductas habituales llevadas a cabo por sujetos sanos psicológicamente en conductas muy distintas que rozaron el abuso y la venganza (guardias) y la deshumanización (presos). Ahora bien: ¿Los guardias actuaron así por su propia naturaleza o fue el contexto carcelario quién tiñó el pacifismo estudiantil propio de los años 70 en conductas despóticas? ¿Por qué ciertos presos aguantaron estoicamente los maltratos psicológicos cuando podían haber abandonado el experimento en cualquier momento?

Es posible que el lector del presente artículo piense que, estando en el papel de un participante del experimento, jamás hubiera actuado de tal manera pues su naturaleza no es ni tan despótica ni vengativa, tal y como mostraron algunos guardias, ni tan sumisa como para aguantar tropelías como preso en una estancia penitenciaria ficticia.

En este sentido, existe una tendencia generalizada en creer erróneamente que la conducta viene dada de forma exclusiva por la propia persona, esto es, debido a factores internos (personales, disposicionales) del individuo: esto es lo que se conoce como Error Central de Atribución. De hecho, la conducta del individuo viene dada por factores internos como la motivación, la moralidad o la personalidad, por ejemplo, pero también por factores externos o ambientales, como los cambios políticos y sociales o las figuras de autoridad, entre otros muchos .

Dicho de otro modo: la conducta no depende exclusivamente de la persona, sino también de las influencias que reciba del ambiente en el que la misma se encuentre. Así, el estudiante-guardia que actúa de forma violenta sobre un compañero bajo el rol de preso puede encontrarse bajo los efectos de diferentes influencias internas (estrés, emociones como la frustración, rasgos perfeccionistas de su personalidad, etc.) como de influencias externas (presión del grupo de guardias al que pertenece, directrices dictadas por su superior, etcétera). Del mismo modo, los presos no se quedan atrás.

Las emociones negativas (factores internos) hicieron mella en ellos, pero también efectos externos como por ejemplo, entre otros, el maltrato psicológico, la privación de luz natural (la prisión no dejaba de ser un simple sótano) o la presión grupal (por ejemplo, muchos reclusos participaron en la creación de barricadas en las celdas la primera mañana del segundo día).

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Los procesos de desindividualización y deshumanización:

Los participantes del experimento se centraron tanto en su papel que sufrieron la llamada ‘desindividualización’ o pérdida de identidad del sujeto a favor del papel o rol que le había tocado ‘interpretar’. De este modo, los participantes actuaban según lo que ellos creían que los demás esperaban de su nuevo rol:

1. Los guardias

Por su parte, los guardias desempeñaban un papel cohercitivo de vigilancia y castigo dentro de la prisión. La indumentaria (uniforme, gafas de sol) y armas de disuasión (porras prestadas por la policía de Stanford), unido al guión mental de cómo se desempeña un guardia de prisiones real en el ejercicio de su cargo, permitió a estudiantes pacíficos de Stanford transformarse en duros guardianes que, incluso en algunos casos, llegaron a deshumanizar a sus compañeros ‘presos’ (tal y como ocurre en ideologías terroristas o nazis, por ejemplo).

La deshumanización se encuentra vinculada al trato de otros seres humanos como meros objetos (las personas pierden sus características humanas), logrando que los guardias reduzcan la empatía hacia los presos. Como es evidente, la desindividualización contribuye al propio proceso de deshumanización, tal y como veremos a continuación.

2. Los presos

A los presos, obligados por el contexto carcelario, se les asignó números de referencia, utilizando las mismas ropas (uniformes presidiarios, sandalias) e incluso cadenas en los pies. Los estudiantes terminaron perdiendo la noción del tiempo (en las celdas no había ni relojes ni ventanas), siendo también patentes los síntomas de desindividualización (dejaron de utilizar sus nombres, refiriéndose a sí mismos como los números que tenían asignados).

Aunque destacan comportamientos vinculados al instinto de supervivencia, como la traición al grupo de alguno de los presos con objeto de recibir favores de los guardias, parece más remarcable el cambio conductual vivido por la mayoría de integrantes del grupo, que paso de ser revolucionario en los primeros días (formando barricadas, negándose a comer, etc.) a estar sometido por el maltrato psicológico: los presos habían pasado de ser estudiantes realizando un experimento, a ser simples números cumpliendo una pena inexistente bajo un régimen carcelario inflexible .

3. Los “de fuera”

En cuanto el alcaide (un investigador asociado) y el superintendente (el propio Zimbardo), también fueron fruto del proceso de desindividualización, llegando a creer que se encontraban en sus papeles dentro de una verdadera prisión.

Reflexiones finales

El experimento de la cárcel de Stanford ofrece un ejemplo detallado sobre el error central (o fundamental) de atribución del que hemos hablado: el actor es incapaz de verse actuando (no observa su propia conducta), centrándose exclusivamente en el ambiente (la situación en la que se encuentra y la conducta de los demás). Por su parte, un observador externo se centra tanto en los actores (su conducta) como en el ambiente, incluso fijando más su atención en las conductas desarrolladas por los primeros.

El propio Zimbardo es un ejemplo claro de ello. Inmerso en su propio rol de superintendente de la prisión, vivió un proceso de desindividualización que le hizo centrarse en el ambiente (la prisión, las conductas de los guardias a su cargo y las conductas de los prisioneros) sin tener en cuenta las consecuencias negativas (sufrimiento) que estaban ocasionando las decisiones sobre los estudiantes presos. Fue Christina Maslach, una ‘observadora externa’, quién abrió los ojos a Zimbardo, quién había dejado atrás su rol de psicólogo social para pasar a ser un inflexible superintentente de prisiones.

A pesar de los resultados, debemos tener en cuenta que aunque existían guardas que se comportaron de forma abusiva, también se menciona en la narración de los hechos la participación de guardias empáticos con los presos y otros, aunque más rígidos normativamente que los anteriores, más flexibles que los considerados ‘vengativos’. Quizá el caso más paradigmático en el estudio sea el del guardia apodado ‘John Wayne’, quién actuó de forma despótica durante el experimento.

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Igualmente, los presos, aún inmersos en el proceso de deshumanización, tuvieron diferentes comportamientos (colaboradores, revolucionarios, sometidos…), según diversos factores. No podemos afirmar que los participantes se limitasen exclusivamente a factores de índole externa (el ambiente, las conductas de los demás…), pues entran en juego otros factores internos (genotipo, rasgos culturales, moralidad…) que, junto a los externos, delimitan los pensamientos y conducta del sujeto. Desgraciadamente, no es posible saber qué factores entraron en juego, al menos de forma exacta, en cada uno de los participantes en el momento de tomar las decisiones que les llevaron a las conductas mostradas .

Sin embargo, lo que quedó claro es que cuando un individuo se introduce en una situación, los factores ambientales o circunstanciales afectan a la interpretación que el sujeto hace de la situación (incluyendo las conductas de los demás). En este sentido, las prisiones son el caldo de cultivo para la aparición de conductas despóticas en guardas de seguridad, quienes se han visto desindividualizados en el ejercicio de su cargo y las competencias asignadas.

En la mayoría de los casos, este tipo de conductas es controlada por superiores jerárquicos (básicamente personal no militar), así como por normas internas de la prisión que, en definitiva, defienden el orden carcelario y los derechos humanos de los presos, previniendo, en parte, la deshumanización y el sufrimiento. Por desgracia, en ciertas partes del mundo, tal y como ocurrió en Abu Ghraib en 2004, no siempre se consigue el control de este tipo de conductas abusivas.

Basta destacar que el responsable del experimento de Stanford, Zimbardo, a raíz de los abusos cometidos por los soldados estadounidenses en la prisión iraquí, rememoró los sucesos ocurridos en su propia prisión ficticia publicando el libro ‘El efecto Lucifer’ (2007), llegando a la conclusión de que bajo circunstancias estresantes las personas corrientes pueden convertirse en los más terribles verdugos. Nunca mejor dicho.

stanford prison experiment spanish

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Álex Melic Montañés . ( 2024, agosto 7 ). El Experimento de la Cárcel de Stanford: un acercamiento al error central de atribución en el ser humano . Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/experimento-de-la-carcel-de-stanford Copiar cita

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Un estado de choque leve...

Con los ojos vendados y en un estado de choque leve provocado por la detención sorpresa por parte de la policía local, se introdujo a nuestros presos en un coche y se les condujo a la "prisión del condado de Stanford" para continuar el proceso. Los presos fueron llevados uno por uno a nuestra cárcel, donde los recibió el alcaide, que les comunicó la seriedad de su falta y su nueva condición de reclusos.

Blindfolded Prisoner

Humillación

Se registró y se desnudó a cada recluso sistemáticamente. Después se les espulgó con un spray para transmitirles nuestra convicción de que podían tener gérmenes o piojos -tal como podemos ver en esta serie de fotografías.

Frisking a Prisoner

Este procedimiento de degradación estaba pensado, en parte, para humillar a los prisioneros y en parte para asegurarnos de que no se introdujesen gérmenes que contaminaran nuestra cárcel. Fue un proceso similar a las escenas captadas por Danny Lyons en estas fotografías de la cárcel de Texas.

stanford prison experiment spanish

DEBATE: Pensad en las consecuencias psicológicas de desnudar, espulgar y afeitar las cabezas de los reclusos o miembros de un ejército. ¿Qué transformaciones sufren las personas que viven una experiencia de este tipo?

Todos los reclusos recibieron un uniforme cuyo componente principal era un vestido, o saco, que llevaban siempre sin ropa interior. Delante y detrás del saco constaba su número de identificación personal. Cada recluso arrastraba el peso de una cadena atada al tobillo derecho, que debían llevar a todas horas. Como calzado llevaban sandalias de goma, y todos tenían que cubrirse la cabeza con un gorro hecho de una media de nailon femenina.

Debe quedar claro que intentábamos crear una simulación funcional de una cárcel, no una cárcel en sentido literal. Los reclusos masculinos reales no llevan vestidos, pero sí se sienten humillados y afeminados. Nuestro objetivo era producir efectos similares de una forma rápida, haciéndoles llevar un vestido sin ropa interior. De hecho, tan pronto como algunos de los reclusos vistieron este uniforme empezaron a caminar, sentarse y comportarse de manera diferente -más como una mujer que como un hombre.

La cadena del pie, que tampoco es habitual en la mayoría de las cárceles, se usó para recordar a los reclusos la opresión de su entorno. Incluso cuando dormían, no podían escapar de la atmósfera de opresión. Cuando un recluso se movía, la cadena golpeaba el otro pie y lo despertaba, recordándole que aún estaba en la cárcel y que, incluso en sus sueños, era incapaz de escapar.

Prisoner covering hair with stocking cap

Los números de identificación se utilizaron para que los reclusos se sintiesen anónimos. Sólo se les podía llamar por su número de identificación y sólo podían referirse a sí mismos y a los demás reclusos por el número.

El gorro hecho de media que llevaban sustituía el afeitado de la cabeza. El proceso de afeitar la cabeza, que se da en la mayoría de las cárceles e instituciones militares, está pensado en parte para minimizar la personalidad del individuo, ya que algunas personas expresan su individualidad mediante el peinado o la longitud del cabello. También es una manera de conseguir que la gente empiece a cumplir con las normas arbitrarias y coercitivas de la institución. El cambio drástico en la apariencia que produce el rapado se puede apreciar en esta página.

Shaved heads

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Ciencia Psicología

La cárcel de Stanford: el experimento que inspiró la serie italiana que "encarcelaba" a Miguel Bosé

Este experimento, llevado a cabo en los años 70 por el profesor philip g. zimbardo, puso a prueba la crueldad del ser humano ante una situación de poder desigual.

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Biotecnólogo especializado en biomedicina y enfermedades raras

Actualizado a 19 de diciembre de 2024, 11:00

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Prisioneros en sus celdas, todavía con camas. Uno de ellos levanta el puño en señal de resistencia.

Tendemos a pensar que somos buenas personas. Por ello, cuando leemos noticias con actos de moralidad cuestionable, como robos, asaltos, e incluso otros algunos más viles nos reafirmamos y pensamos que, llegado el caso, nosotros jamás cometeríamos dicha barbarie . Pero, ¿es esto cierto? ¿Hay personas buenas y personas malas, o todo depende del contexto?

Esa misma pregunta se hacía el sistema penitenciario de Estados Unidos, que a finales de los 60 sufría una escalada de violencia por parte de los presos y no comprendían por qué. Las rebeliones se sucedían una tras otra hasta que, en 1971 se superó con creces la brutalidad de los motines anteriores.

El 9 de septiembre de ese año, el motín de la cárcel de Attica , en el que los presos se hicieron con el control de varias instalaciones y guardas, acució la entrada de la Guardia Nacional, lo que provocó que el evento se saldara con 43 fallecidos.

En los años anteriores, la situación en el interior de la cárcel distaba mucho de lo que debería ser un centro de reinserción en la sociedad . Según explicaron los prisioneros, sufrían de vejaciones, humillaciones e incluso torturas por parte de los guardias, y a diario se sobrepasaban límites de lo que podría considerarse ético para el control.

Por ello, una vez investigado a fondo el caso, el juez Michael Telesca del Tribunal del distrito oeste de Nueva York indemnizó a los presos con 8 millones de dólares por los tratos recibidos por parte del personal penitenciario.

¿Qué convirtió a los guardias en malvados?

Para tratar de comprender qué llevó a los guardias de prisión a cometer tales atrocidades, el doctor en psicología Philip Zimbardo, profesor de la Universidad de Stanford ideó un experimento . Tomó a 24 voluntarios universitarios sin antecedentes y recreó una prisión en los sótanos de la facultad de psicología de la universidad.

Los voluntarios fueron divididos en dos grupos (guardias y prisioneros) de forma aleatoria y recibirían 15 dólares por cada día que participaran en el experimento (equivalente a unos 100 dólares a día de hoy). La misión de los guardias era asegurar la paz dentro de la improvisada prisión y, para ello, tenían vía libre de emplear cualquier medio que fuese necesario.

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Arresto de los prisioneros en para comenzar el experimento.

Llegado el día del inicio del experimento, policías reales de la comisaría de Palo Alto se presentaron en casa de los voluntarios que les había tocado el rol de prisioneros y los arrestaron, acusándoles de robo . Realizaron todos los procedimientos que ocurren en un arresto real , como la toma de fotografías, huellas dactilares e incluso la lectura de la Advertencia Miranda.

Una vez en el campus, les colocaron medias en la cabeza para simular que los habían rapado y los vistieron con un mono de prisionero mal entallado, zapatos de goma incómodos y una cadena alrededor de un tobillo. A los guardias se les instruyó para que siempre llamasen a los prisiones por su número en lugar del nombre para tratar de deshumanizarlos.

Para poder vigilar el experimento, Zimbardo actuaría como el superintendente de la prisión y su asistente, David Jaffe, de alguacil. Recordemos que los voluntarios eran personas sin antecedentes y que, en un principio, no eran violentas, pero a partir del segundo día el experimento se empezó a torcer.

El día a día en la prisión

Tras pasar una única noche entre rejas comenzó el malestar entre los prisioneros ya que, según comentaban, los guardias les habían privado de su sueño golpeando los barrotes de las celdas con sus porras . Por ello, comenzaron a organizarse para comenzar una rebelión.

Así, se quitaron las medias y los números, se negaron a ir a comer e insultaron a los guardias. Para tratar de sofocar la revuelta, los guardias les rociaron con un extintor , llevaron a los cabecillas a una celda de aislamiento y al resto de los presos les quitaron la ropa y los colchones.

El tercer día separaron a los presos en “buenos” y “malos” . Los presos buenos, que no participaron en la revuelta del segundo día, recibieron ropa, un colchón y comida, mientras que el resto de preso s fueron privados hasta de ir al baño y les obligaron a hacer sus necesidades en un cubo . Esto provocó una división entre los prisioneros, que dejaron de fiarse de “los buenos” ya que imaginaban que también iban a actuar como delatores.

Aproximadamente a las 36 horas de comenzar el experimento, uno de los presos sufrió una crisis nerviosa y, al grito de «¡No aguanto una noche más! No puedo más» fue retirado del experimento. Al comienzo del cuarto día, otro prisionero comenzó a llorar desconsoladamente en su celda y, tras enviarle un párroco para que hablase con él y que el preso se negase a hablar, también fue retirado. Mientras tanto, el ambiente en la prisión cada vez era más tenso y hasta el propio Zimbardo mostraba cambios en su forma de actuar y se había vuelto más arisco.

Cárcel de stanford 3

Los prisioneros eran obligados también a realizar flexiones tras realizar cualquier comportamiento que no mostrase sumisión, incluso por mirar a los ojos a un guardia.

El quinto día permitieron que cada preso recibiese dos visitas de 10 minutos bajo la atenta mirada de un guardia . Los padres, madres y amistades salieron horrorizadas de la universidad y algunos incluso consideraron la posibilidad de emprender acciones legales contra Zimbardo.

Ciertos colegas de profesión, como Christina Maslach y Gordon H. Bower también quisieron ver de primera mano el experimento, y cuestionaron duramente tanto la metodología como los resultados que se podían extraer de un experimento así. Además, acusaron que Zimbardo estaba cruzando alegremente los límites de la ética. Por ello, el profesor tomó la decisión de terminar el experimento al día siguiente.

Seis días, experiencias muy desagradables

En esos 6 días, de los 14 que estaban planeados, muchos de los guardias cometieron actos brutales contra los prisioneros . Por ello, los resultados parecían indicar que era el ambiente carcelario el que acababa influyendo en el personal.

Ahora bien, según se ha podido corroborar posteriormente, los guardias fueron azuzados por parte del ayudante de Zimbardo, David Jaffe, que creía que los resultados no serían comparables a los de una prisión si no se creaba una situación de malestar y descontento entre los presos.

Además, únicamente un tercio de los guardias mostraron comportamientos sádicos, por lo que las conclusiones también podían corroborar la hipótesis contraria: cómo el ambiente no es capaz de afectar al comportamiento de las personas , o solo a algunas de ellas.

Sin embargo, muchos colegas de profesión de Zimbardo criticaron duramente el experimento, aludiendo a que, además d e haber hecho sufrir innecesariamente a personas , sus resultados no mostraban la realidad.

Estas críticas fueron corroboradas en 2002 en un experimento similar convertido en miniserie por la BBC denominado The Experiment , donde, al recrear la simulación carcelaria, los resultados fueron muy distintos a los obtenidos por Zimbardo. Sea como fuere, la Cárcel de Stanford provocó una profunda reforma del tratamiento de los presos en el sistema penitenciario estadounidense.

Las muchas réplicas y Miguel Bosé encarcelado

Una vez finalizado, el experimento comenzó a ganar mucha popularidad. Las discusiones sobre si el entorno de las personas eran el verdadero motor de sus acciones era muy atractivo para la población. Por ello, varios directores de la pequeña y la gran pantalla se han inspirado en este experimento para dar vida a series y películas que traten de replicar el comportamiento.

Como curiosidad, un jovencísimo Miguel Bosé participó en la primera serie inspirada en el experimento de Zimbardo , la miniserie italiana La Gabbia , dirigida por Carlo Tuzii en la televisión italiana. Miguel Bosé encarnaba a Carlo, uno de los prisioneros.

Desde entonces, el experimento ha sido recreado y ha sido ampliamente explicado por otros muchos medios . Las más populares fueron la película alemana Das experiment y su adaptación inglesa The experiment en la que aparece el afamado actor Adrien Brody . Una de las últimas explicaciones, además del presente artículo, es la miniserie The Stanford Prison Experiment: Unlocking the Truth de National Geographic, disponible en las plataformas de streaming .

Muchos psicólogos contemporáneos siguen criticando que el experimento de La Cárcel de Stanford no es extrapolable a la vida carcelaria pero ha ayudado a que la vida en las prisiones haya mejorado sustancialmente desde los años 60.

Ahora bien, las condiciones siguen distando de otras prácticas carcelarias como las de los Países Nórdicos como Noruega . En este país, con un sistema carcelario centrado en la humanización del preso y en el que se ofrecen incontables facilidades para su reinserción, la tasa de reincidencia es menor al 20% , la más baja del mundo.

Experimento de la prisión de Stanford

El experimento de la prisión de Stanford ( SPE ) fue un experimento psicológico realizado en el verano de 1971. Fue una simulación de dos semanas de un entorno carcelario que examinó los efectos de variables situacionales sobre los participantes' reacciones y conductas. El profesor de psicología de la Universidad de Stanford, Philip Zimbardo, dirigió el equipo de investigación que administró el estudio.

Los participantes fueron reclutados de la comunidad local con un anuncio en los periódicos que ofrecía $15 por día a estudiantes varones que quisieran participar en un "estudio psicológico de la vida en prisión". Los voluntarios fueron elegidos después de evaluaciones de estabilidad psicológica y luego asignados al azar para ser prisioneros o guardias de prisiones. Los críticos han cuestionado la validez de estos métodos.

Los voluntarios seleccionados para ser "guardias" recibieron uniformes específicamente para desindividualizarlos y recibieron instrucciones de evitar que los prisioneros escaparan. El experimento comenzó oficialmente cuando los "prisioneros" fueron arrestados por la policía real de Palo Alto. Durante los siguientes cinco días, el abuso psicológico de los presos por parte de los 'guardias' se volvió cada vez más brutal. Después de la visita de la psicóloga Christina Maslach para evaluar las condiciones, se molestó al ver cómo se comportaban los participantes del estudio y se enfrentó a Zimbardo. Terminó el experimento al sexto día.

SPE ha sido mencionado y criticado como uno de los experimentos de psicología menos éticos de la historia. El daño infligido a los participantes llevó a las universidades de todo el mundo a mejorar sus requisitos éticos para los sujetos humanos de los experimentos para evitar que sufran daños similares. A otros investigadores les ha resultado difícil reproducir el estudio, especialmente dadas esas limitaciones. Los críticos han descrito el estudio como poco científico y fraudulento.

Financiación y metodología

El sitio web oficial de la SPE describe el objetivo del experimento de la siguiente manera:

Queríamos ver cuáles eran los efectos psicológicos de convertirse en prisionero o guardia de prisión. Para ello, decidimos establecer una prisión simulada y luego observar cuidadosamente los efectos de esta institución en el comportamiento de todos los que están dentro de sus muros.

Un artículo de 1996 del Stanford News Service describió el objetivo del experimento de forma más detallada:

La principal razón de Zimbardo para realizar el experimento era centrarse en el poder de los roles, reglas, símbolos, identidad de grupo y validación situacional del comportamiento que generalmente repulse a los individuos ordinarios. "He estado realizando investigaciones durante algunos años sobre desindividuación, vandalismo y deshumanización que ilustran la facilidad con la que se puede llevar a la gente común a cometer actos antisociales poniéndolos en situaciones en las que se sienten anónimos, o que pueden percibir de otros de maneras que los hacen menos humanos, como enemigos o objetos", dijo Zimbardo al simposio de Toronto en el verano de 1996.

El estudio fue financiado por la Oficina de Investigación Naval de EE. UU. para comprender el comportamiento antisocial. La Armada de los Estados Unidos y el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos querían investigar el conflicto entre los guardias militares y los prisioneros.

Las críticas a la SPE han continuado mucho después de que terminó el experimento. Muchos investigadores han criticado el experimento de la prisión de Stanford de Philip Zimbardo por su metodología, si cumple con los criterios para ser un experimento científico y si la orientación de la guardia creó un sesgo de demanda.

Publicación

Antes de publicar en American Psychologist y otras revistas revisadas por pares, los investigadores informaron los hallazgos en Naval Research Reviews , International Journal of Criminology and Penalogy (IJCP), y la Revista del New York Times . David Amodio, profesor de psicología tanto en la Universidad de Nueva York como en la Universidad de Ámsterdam, desestimó el estudio de Zimbardo y afirmó que publicar el artículo en una 'revista oscura' demostró que Zimbardo no pudo convencer a sus colegas psicólogos de la validez y confiabilidad de su estudio. Esta acción de Zimbardo rompió la tradición de divulgación científica al publicar en otras revistas antes de publicar en una revista científica revisada por pares.

Zimbardo ha declarado que el acuerdo de subvención con la Oficina de Investigación Naval incluía el requisito de publicar datos en su revista, Revisiones de Investigación Naval . Afirma que la Revista Internacional de Criminología y Penalogía invitó a Zimbardo a escribir sobre su estudio en su revista, y luego escribió un artículo con la Revista del New York Times para compartir la hallazgos con una amplia audiencia. Afirma que el artículo aún necesitaba pasar por los requisitos muy estrictos de American Psychologist, la revista oficial de la Asociación Estadounidense de Psicología, para ser publicado. Después de publicar el artículo en American Psychologist, los hallazgos también se informaron en otras revistas y libros revisados por pares.

Preparación

Reclutamiento y selección.

Photo of newspaper clipping reading: Male college students needed for psychological study of prison life. $15 per day for 1-2 weeks beginning Aug 15. For further information & applications, come to Room 248, Jordan Hall, Stanford U.

Después de recibir la aprobación de la universidad para llevar a cabo el experimento, los participantes del estudio fueron reclutados mediante un anuncio en la página de "se busca ayudante" sección de los periódicos Palo Alto Times y The Stanford Daily en agosto de 1972:

Estudiantes universitarios masculinos necesitan para el estudio psicológico de la vida carcelaria. 15 dólares diarios durante 1–2 semanas, comenzando el 14 de agosto. Para más información y aplicaciones, venga a la Sala 248, Jordan Hall, Stanford U.

Photo of a seminar room with a large table. Eight white male people are sitting at the table filling out papers spread out on the table. Another white male is standing at the side observing them.

Setenta y cinco hombres postularon y, luego de evaluaciones de selección y entrevistas, 24 fueron seleccionados para participar en una simulación de prisión de dos semanas. Los solicitantes eran predominantemente blancos, de clase media y parecían ser psicológicamente estables y saludables. El grupo de sujetos fue seleccionado intencionalmente para excluir a aquellos con antecedentes penales, impedimentos psicológicos o problemas médicos.

Los críticos del estudio han argumentado que el sesgo de selección puede haber influido en los resultados debido a que el anuncio describe la necesidad de presos y guardias en lugar de un estudio de psicología social. En 2008, Thomas Carnahan y Sam McFarland argumentaron que quienes solicitaron participar en la SPE ya tenían rasgos asociados con el abuso. La agresión, el autoritarismo de derecha, el maquiavelismo, la orientación de dominación social y el narcisismo serían altos en aquellos que se ofrecieron como voluntarios para un experimento en prisión. Además, la empatía y el altruismo de disposición baja también serían indicadores de alguien que se ofrecería como voluntario.

De forma aleatoria, a la mitad de los sujetos se les asignó el papel de guardia (nueve más tres posibles sustitutos) y a la otra mitad se les asignó el papel de prisionero (también nueve más tres posibles sustitutos). Acordaron participar por un período de 7 a 14 días por $15 por día (equivalente aproximadamente a $108 en 2022).

Entorno carcelario

Photo taken through iron bars. Behind the bars, three people are lying on beds side by side, wearing identical white smocks with numbers on the chest.

El día antes de que comenzara el experimento, se instalaron pequeñas celdas de prisión simuladas para albergar a tres prisioneros cada una. Había un pequeño corredor para el patio de la prisión, un armario para confinamiento solitario y una habitación más grande frente a los prisioneros para los guardias y el alcaide.

El experimento se llevó a cabo en una sección de 11 m (35 pies) del sótano de Jordan Hall, el edificio de psicología de Stanford. La prisión tenía dos paredes fabricadas: una en la entrada y otra en la pared de la celda para bloquear la observación. Cada celda (7 pies × 10 pies o 2,1 m × 3,0 m) no estaba iluminada, estaba destinada a albergar a 3 reclusos y tenía un catre (con colchón, sábana y almohada) para cada recluso. Los presos estaban confinados y debían permanecer en sus celdas y en el patio todo el día y la noche hasta que se terminara el estudio. Por el contrario, los guardias debían permanecer en un ambiente diferente, separados de los prisioneros. A los guardias se les dio acceso a áreas especiales para descansar y relajarse. A los guardias se les dijo que trabajaran en equipos de tres en turnos de ocho horas. Los guardias no estaban obligados a permanecer en el lugar después de su turno.

Zimbardo asumió el papel de superintendente y un asistente de investigación de pregrado, David Jaffe, asumió el papel de alcaide.

Las grabaciones digitalizadas disponibles en el sitio web oficial de SPE fueron ampliamente discutidas en 2017, particularmente una en la que el director David Jaffe trató de influir en el comportamiento de uno de los guardias alentándolo a participar más y ser más "duro" en beneficio del experimento.

Orientación

Los investigadores realizaron una sesión de orientación para los guardias el día antes de que comenzara el experimento, durante la cual los "guardias" recibieron instrucciones de no dañar físicamente a los prisioneros ni negarles comida o bebida, sino que mantuvieran la ley y el orden. Los investigadores proporcionaron a los guardias bastones de madera para establecer su estatus, despersonalizando ropa similar a la de un guardia de prisión real (camisa y pantalones caqui de una tienda local de excedentes militares) y anteojos de sol espejados para evitar el contacto visual y crear anonimato.

Según las grabaciones del experimento, los investigadores instruyeron a los guardias para que faltaran el respeto a los prisioneros y los hicieran sentir sumisos, indefensos e inauditos. Por ejemplo, tenían que referirse a los presos por número en lugar de por nombre. Esto, según Zimbardo, tenía la intención de disminuir los prisioneros' individualidad. Sin control, los prisioneros aprendieron que tenían poco efecto en lo que les sucedió, lo que finalmente provocó que dejaran de responder y se rindieran.

Zimbardo ha explicado que las orientaciones de los guardias en el sistema penitenciario instruían a los guardias a ejercer poder sobre los presos. Además, Zimbardo afirma que su compañero investigador instruyó explícitamente a los guardias para que no infligieran daño físico a los prisioneros, pero al mismo tiempo les hicieran sentir que estaban en una prisión real.

Pedir a una persona que juegue a un guardia en una simulación de prisión para ser "firma" y "en la acción" es leve en comparación con la presión ejercida por guardianes reales y oficiales superiores en la prisión de la vida real y en los entornos militares, donde los guardias que no participan plenamente pueden enfrentarse a audiencias disciplinarias, democión o despido.

Características de la demanda

El estudio fue criticado en 2012 por las características de la demanda por parte del psicólogo Peter Gray, quien argumentó que es más probable que los participantes en experimentos psicológicos hagan lo que creen que los investigadores quieren que hagan, y específicamente en el caso de la SPE, &# 34;para representar sus puntos de vista estereotipados de lo que hacen los presos y los guardias."

En 1975, Ali Banuazizi y Siamak Movahedi argumentaron que el comportamiento de los participantes en el SPE era el resultado de las características de la demanda y no del entorno penitenciario, que no existe una definición única del comportamiento de los reclusos y que los participantes simplemente actuaban en el papel en el que habían sido elegidos.

En 2013, Peter Gray, investigador, escritor y editor de libros de texto, estipuló las características de la demanda (los participantes que adivinan qué comportamiento quieren los investigadores) influyeron significativamente en la SPE. Guardias' los comportamientos fueron tolerados implícitamente ya que ni Zimbardo ni sus asistentes de investigación intervinieron. Argumentan que a Zimbardo no le 'gustaba ir de fiesta' y llevó a cabo este experimento para explorar cómo las situaciones influyen en los comportamientos, pero, más bien, quería demostrar que los guardias de la prisión ya son abusivos y los presos ya son sumisos.

En 2018, Thibault Le Texier, un investigador francés, en su libro Histoire d'un Mensonge ('La historia de una mentira'), cuestiona la validez científica y el mérito de la SPE. Además, discutió sus críticas en un artículo publicado por la APA en 2019. Le Texier afirma sus argumentos utilizando testimonios de los participantes que fueron asignados como guardias. En opinión de Le Texier, el sadismo y la sumisión mostrados en el SPE fueron causados directamente por las instrucciones de Zimbardo a los guardias y los guardias' deseo de complacer a los investigadores.

En 2020, el historiador holandés Rutger Bregman afirmó que el experimento era dudoso. Afirma que se instó a los guardias a actuar de forma agresiva con los presos. En su libro Humankind: A Hopeful History , opina que en experimentos similares, los investigadores organizan los experimentos para crear hostilidad entre los grupos y luego interpretan el hallazgo para satisfacer sus necesidades.

David Eshelman, también conocido como John Wayne, reconoce que su experiencia en el teatro se prestaba bien a su papel de guardia, que deliberadamente pensó en nuevas formas de degradar a los prisioneros: en un turno, Eshelman instruyó a los prisioneros para que simularan la sodomía. Zimbardo ha respondido a este argumento afirmando que otros guardias actuaron de manera similar o se comprometieron con Eshelman en el tratamiento de los prisioneros. Si bien es posible que un guardia adoptara su comportamiento de una película (Eshelman se identificó con el alcaide en Cool Hand Luke ), otros no lo hicieron. Y, lo que es más importante, los guardias en un turno diferente al de Eshelman, exigieron actos similares de brutalidad emocional y mental. Zimbardo argumenta además que el comportamiento de los guardias participantes no fue diferente a las atrocidades de las prisiones del mundo real o las acciones realizadas por los soldados estadounidenses en la prisión de Abu Ghraib. La mayoría de los guardias han declarado desde el SPE que actuaron intencionalmente.

El experimento de la prisión de Stanford § El estudio de la prisión de la BBC ha señalado la importancia del liderazgo, de la forma mostrada por Zimbardo cuando informaba a los guardias en el experimento de Stanford, en el surgimiento de la tiranía.

Carlo Prescott como consultora de prisión

En 2005, Carlo Prescott publicó un artículo en The Stanford Daily , explicando que las tácticas antagónicas utilizadas por los guardias fueron las que experimentó durante el tiempo que pasó en San Quentin. Compartió cada uno en detalle con los investigadores antes del experimento. En opinión de Prescott, los participantes en el experimento, al no tener experiencia como guardias de prisiones, no podrían haber actuado de la forma en que lo hicieron a menos que les hubieran informado los detalles explícitos de las acciones que tomaron.

Zimbardo ha declarado que creía que el artículo no fue escrito por Prescott, sino por el guionista y productor, Michael Lazarou, quien había intentado sin éxito obtener los derechos cinematográficos de la historia de la SPE. En opinión de Zimbardo, Prescott no habría escrito de una manera tan legalista, y Zimbardo afirma que, en registros telefónicos y correos electrónicos obtenidos por Brett Emory, el productor de la película SPE afirmó que Prescott no era el autor.

Sábado 14 de agosto: Montaje

Se instalaron las pequeñas celdas de la prisión simulada y los participantes a los que se les había asignado un papel de guardia asistieron a una orientación en la que se les informó y se les entregaron los uniformes.

Domingo 15 de agosto: Día 1

Photo of a person being arrested in the street by a policeman. The policeman is fixing the person's arms behind his back and pushing him towards a police car. One person kneeling at the side of the car is taking pictures. Two kids in the foreground are watching the scene.

Los participantes a los que se les había asignado un papel de prisionero fueron arrestados de forma simulada por la policía local de Palo Alto en sus hogares o sitios asignados. A los participantes no se les informó intencionalmente que serían arrestados, ya que los investigadores querían que fuera una sorpresa. Esto fue una violación de la ética del propio contrato de Zimbardo que todos los participantes habían firmado. El arresto implicó acusarlos de robo a mano armada y allanamiento de morada, Códigos Penales 211 y 459 respectivamente. El departamento de policía de Palo Alto ayudó al equipo de Zimbardo con los arrestos simulados y realizó procedimientos completos de registro de los prisioneros en el cuartel general de policía de la ciudad de Palo Alto, que incluyeron advertencias sobre los derechos de Miranda, toma de huellas dactilares y fotografías policiales. Todas estas acciones fueron documentadas en video por un reportero de la estación de televisión local de San Francisco que viajaba en el automóvil de Zimbardo. Mientras tanto, tres guardias se preparaban para la llegada de los internos. Luego, los prisioneros fueron transportados a la prisión simulada desde la estación de policía, con las sirenas aullando. En la Cárcel del Condado de Stanford fueron cacheados sistemáticamente al desnudo y les dieron sus nuevas identidades (número de identificación de recluso) y uniforme.

Los presos vestían batas incómodas y que no les quedaban bien, sin ropa interior ni gorros, así como una cadena alrededor de un tobillo. Se instruyó a los guardias para que llamaran a los prisioneros por sus números asignados, cosidos en sus uniformes, en lugar de por su nombre, deshumanizando así a los prisioneros. A continuación, los presos fueron recibidos por el alcaide, quien les transmitió la gravedad de su delito y su nueva condición de presos. Una vez que se les presentaron las reglas de la prisión, los reclusos se retiraron a sus celdas por el resto del primer día del experimento.

Lunes 16 de agosto: Día 2

Several white male people lined up along a white wall. They are wearing identical white smocks with numbertags on their chests. Their hair is covered by nylon and cotton bonnets.

Los guardias se referían a los presos por su identificación y los confinaban en sus pequeñas celdas. A las 2:30 am los presos se rebelaron contra los guardias' despertar llamadas de silbatos y golpes de bastones. Los presos se negaron a salir de sus celdas para comer en el patio, les arrancaron las etiquetas con el número de preso, se quitaron las gorras de las medias e insultaron a los guardias.

B/w photo of several white and one black person who are sitting at a table with a whiteboard on the wall behind. They are all looking to one white male person sitting at the table wearing a white t-shirt with a number on the chest.

En respuesta, los guardias rociaron extintores de incendios a los prisioneros para reafirmar el control. Los tres guardias de respaldo fueron llamados para ayudar a recuperar el control de la prisión. Los guardias sacaron a todos los prisioneros' ropa, quitó colchones y condenó a los principales instigadores a tiempo en El Hoyo. Intentaron disuadir cualquier rebelión adicional utilizando la guerra psicológica. Uno de los guardias le dijo al otro que 'estos son prisioneros peligrosos'.

Martes 17 de agosto: Día 3

Para restringir más actos de desobediencia, los guardias separaron y recompensaron a los prisioneros que tenían papeles menores en la rebelión. Los tres pasaron tiempo en el "bueno" celda donde recibieron ropa, camas y alimentos negados al resto de la población carcelaria. Después de aproximadamente 12 horas, los tres regresaron a sus antiguas celdas que carecían de camas.

Se permitía a los guardias abusar de su poder para humillar a los reclusos. Hicieron que los presos contaran y hicieran flexiones arbitrariamente, restringieron el acceso a los baños y los obligaron a hacer sus necesidades en un balde en sus celdas.

Prisionera 8612

El primer prisionero en abandonar el experimento fue Douglas Korpi, prisionero 8612. Después de 36 horas, tuvo un aparente colapso mental en el que gritó: 'Dios mío, me estoy quemando por dentro'. y "no puedo soportar otra noche! ¡No puedo soportarlo más! Al ver su sufrimiento, el asistente de investigación Craig Haney liberó a Korpi.

Sin embargo, en una entrevista de 2017, Korpi afirmó que su colapso había sido falso y que lo hizo solo para poder irse y volver a estudiar para su examen de registro de posgrado; originalmente había pensado que podría estudiar mientras estaba "encarcelado", pero el "personal de la prisión" no le permitiría. Además, Korpi lamentó no haber presentado un cargo de encarcelamiento falso en ese momento.

Zimbardo respondió a esta crítica en 2018. Primero, aunque este experimento ha sido criticado en general por su ética, Zimbardo afirmó que necesitaba tratar el colapso como real y liberar al prisionero. Además, Zimbardo cree que la entrevista de Korpi de 2017 fue una mentira: en 1992, en un documental sobre el estudio, Quiet Rage , Korpi afirmó que el experimento de la prisión lo había afectado profundamente y que la experiencia llevó a Korpi a convertirse más tarde en psicóloga de prisiones.

Photo of a white male person sitting in a seminar chair, bending over and hiding his face in his elbow. He is wearing a long white cotton smock and no pants.

Miércoles 18 de agosto: Día 4

Al ser testigos de que los guardias dividen a los prisioneros según su comportamiento bueno o rebelde, los internos comenzaron a distanciarse unos de otros. Los alborotadores creían que otros prisioneros eran soplones y viceversa. Otros presos vieron a los rebeldes como una amenaza para el statu quo, ya que querían volver a tener sus catres para dormir y su ropa.

"Prisionero 819" comenzó a mostrar síntomas de angustia: comenzó a llorar en su celda. Trajeron a un sacerdote para que hablara con él, pero el joven se negó a hablar y en su lugar pidió un médico. Después de escucharlo llorar, Zimbardo le aseguró su verdadera identidad y sacó al prisionero. Cuando "Prisionero 819" se iba, los guardias engatusaron a los reclusos restantes para que gritaran en voz alta y repetidamente que "819 hizo algo malo".

Jueves 19 de agosto: Día 5

El día estaba programado para visitas de amigos y familiares de los reclusos con el fin de simular la experiencia carcelaria.

Black and white photo of a white hallway with a plaque reading

Zimbardo y los guardias hicieron esperar a los visitantes durante largos períodos de tiempo para ver a sus seres queridos. Solo dos visitantes podían ver a un prisionero y solo durante diez minutos mientras un guardia observaba. Los padres se preocuparon por sus hijos' bienestar y si tenían suficiente para comer. Algunos padres se fueron con planes de contactar abogados para obtener la liberación anticipada de sus hijos.

El mismo día, el colega de Zimbardo, Gordon H. Bower, llegó para verificar el experimento y le preguntó a Zimbardo cuál era la variable independiente de la investigación. Christina Maslach también visitó la prisión esa noche y se angustió después de observar a los guardias abusar de los presos, obligándolos a usar bolsas en la cabeza. Ella desafió a Zimbardo por su falta de supervisión cuidadosa y la inmoralidad del estudio. Finalmente, hizo evidente que Zimbardo había sido transformado por su papel de superintendente en alguien que no reconocía y no le gustaba. Sus desafíos directos llevaron a Zimbardo a poner fin a la SPE al día siguiente.

Viernes 20 de agosto: Día 6

Photo of three white male people wearing shirts and ties talking to each other in front of a white wall. They are standíng beside a tape recording machine.

Debido a las objeciones de Maslach, los padres' preocupaciones y la creciente brutalidad exhibida por los guardias en el experimento, Zimbardo finalizó el estudio el día 6. Zimbardo reunió a los participantes (guardias, prisioneros e investigadores) para informarles que el experimento había terminado y acordó pagarles el tarifa completa por 14 días, que fue de $210 (equivalente a $1490 en 2022). Luego, Zimbardo se reunió durante varias horas para informarse primero con todos los prisioneros, luego con los guardias y, finalmente, todos se reunieron para compartir sus experiencias. A continuación, se pidió a todos los participantes que completaran una retrospectiva personal que se le enviaría por correo posteriormente. Finalmente, todos los participantes fueron invitados a regresar una semana después para compartir sus opiniones y emociones.

Más tarde, los componentes físicos de la Cárcel del Condado de Stanford fueron desmantelados y sacados del sótano de Jordan Hall mientras las celdas volvían a su función habitual como oficinas de estudiantes graduados. Zimbardo y su equipo de investigación de estudiantes graduados, Craig Haney y Curtis Banks, comenzaron a compilar las múltiples fuentes de datos que serían la base de varios artículos que pronto escribieron, tanto sobre su experimento como para la posterior revisión ampliada y detallada de Zimbardo de la SPE en El efecto Lucifer (2007).

Interpretación y reproducibilidad de resultados

Según la interpretación de Zimbardo del SPE, se demostró que la situación de la prisión simulada, en lugar de los rasgos de personalidad individuales, hizo que los participantes se volvieran locos. comportamiento. Usando esta atribución situacional, los resultados son compatibles con los del experimento de Milgram, donde los participantes cumplieron con las órdenes de administrar descargas eléctricas aparentemente peligrosas y potencialmente letales a un cómplice. Otros han postulado que los guardias asumieron roles de liderazgo debido al estímulo de los investigadores en lugar de adaptarse a la situación.

Las conclusiones y observaciones extraídas por los experimentadores fueron en gran medida subjetivas y anecdóticas, y el experimento es prácticamente imposible de reproducir con precisión para otros investigadores. En 1973, argumentó Erich Fromm, dado que solo un tercio de los guardias mostraban comportamientos sádicos, SPE es más exactamente un ejemplo de cómo una situación no puede influir en el comportamiento de una persona. Afirma que hubo generalizaciones en los resultados del experimento y argumentó que la personalidad de un individuo afecta el comportamiento cuando está encarcelado. Esto iba en contra de la conclusión del estudio de que la situación carcelaria en sí misma controla el comportamiento del individuo. Fromm también argumentó que los métodos empleados para evaluar a los participantes no podían determinar la cantidad de sadismo en los sujetos.

El experimento también se ha utilizado para ilustrar la teoría de la disonancia cognitiva y el poder de la autoridad.

Participantes' el comportamiento puede haber sido moldeado al saber que fueron observados (efecto Hawthorne). En lugar de estar restringidos por el miedo a un observador, los guardias pueden haberse comportado de manera más agresiva cuando los supervisores que los observaban no intervinieron para restringirlos.

Muchos han argumentado que la validez y el mérito de los hallazgos de la investigación se vieron afectados significativamente por las características de la demanda § Notas y el sesgo de selección resultante de las § Notas de reclutamiento y selección.

Estudio de prisiones de la BBC

Los psicólogos Alex Haslam y Steve Reicher realizaron el Estudio de prisiones de la BBC en 2002 para examinar los temas de tiranía y resistencia de Zimbardo, y publicaron los resultados en 2006. Fue una réplica parcial del SPE realizado con la ayuda de la BBC, que emitió una serie documental sobre la SPE llamada The Experiment .

Al igual que en la SPE, había una prisión improvisada y todos los participantes eran hombres. A diferencia de la invitación a participar de la SPE, Haslam y Reicher anunciaron su estudio como un experimento de ciencias sociales respaldado por la universidad para ser mostrado en la televisión. A los guardias no se les instruyó sobre cómo comportarse, solo para descubrir cómo administrar una prisión. Los seleccionados como presos recibieron instrucciones de completar diariamente un cuestionario. Tanto los prisioneros como los guardias en este estudio usaban micrófonos en sus camisas y las cámaras seguían a todos los participantes. comportamiento.

Sus resultados y conclusiones diferían de los de Zimbardo y dieron lugar a una serie de publicaciones sobre tiranía, estrés y liderazgo. Los resultados se publicaron en revistas académicas líderes como British Journal of Social Psychology , Journal of Applied Psychology , Social Psychology Quarterly y Revista de Personalidad y Psicología Social . El estudio de prisiones de la BBC ahora se ha enseñado como un estudio central en el plan de estudios OCR de psicología de nivel A del Reino Unido.

Si bien el procedimiento de Haslam y Reicher no fue una réplica directa del de Zimbardo, su estudio arroja más dudas sobre la generalidad de sus conclusiones. Específicamente, cuestiona la noción de que las personas se deslizan sin pensar en los roles. Su investigación también apunta a la importancia del liderazgo en el surgimiento de la tiranía de la forma mostrada por Zimbardo cuando informaba a los guardias en el experimento de Stanford.

Zimbardo inicialmente consideró el estudio de Haslam y Reicher como un reality show, ya que tanto el prisionero como el guardia sabían que estaban siendo televisados y probablemente exageraron su papel con el fin de entretener a los espectadores del documental. Sintió que había similitudes definitivas con los reality shows: los presos tenían un confesionario para describir sus sentimientos y había concursos para los presos. A pesar de sus diferencias, Zimbardo cree que los resultados del estudio de la BBC reflejaron los suyos en el sentido de que los participantes se vieron afectados por la situación. En 2018, Zimbardo, Reicher y Haslam emitieron un comunicado conjunto afirmando que ambos experimentos eran válidos. También estuvieron de acuerdo en que los comportamientos observados en todos los participantes podrían haber sido causados por algo más que la situación. Instaron a las personas a continuar con la investigación sobre los comportamientos tóxicos, argumentando que sus estudios eran únicos y necesitaban réplicas para demostrar la confiabilidad y la importancia.

Un resultado positivo del estudio es que ha alterado la forma en que se administran las prisiones de EE. UU. Por ejemplo, los menores acusados de delitos federales ya no son alojados antes del juicio con presos adultos, debido al riesgo de violencia contra ellos.

Zimbardo presentó una declaración ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes de EE. UU. de 1971 sobre los hallazgos del experimento.

Comparaciones con Abu Ghraib

Cuando los actos de tortura y abuso de prisioneros en la prisión de Abu Ghraib en Irak se hicieron públicos en marzo de 2004, a Zimbardo le llamó la atención la similitud con su propio experimento. Estaba consternado por el hecho de que los representantes militares y gubernamentales oficiales echaran la culpa de la tortura y los abusos en la prisión militar estadounidense de Abu Ghraib a 'unas pocas manzanas podridas', en lugar de reconocer los posibles problemas sistémicos de un encarcelamiento militar establecido formalmente. sistema. Luego se citó a Zimbardo diciendo: "Yo argumento que todos tenemos la capacidad para el amor y el mal, para ser la Madre Teresa, para ser Hitler o Saddam Hussein". Es la situación lo que lo saca a relucir.

Finalmente, Zimbardo se involucró con el equipo de defensa de abogados que representaban a uno de los guardias de la prisión de Abu Ghraib, el sargento primero Ivan "Chip" Federico. A Zimbardo se le otorgó pleno acceso a toda la investigación y los informes de antecedentes, y testificó como testigo experto en la corte marcial de Frederick. El juicio resultó en una sentencia de prisión de ocho años para Frederick en 2004.

Zimbardo se basó en su participación en el caso Frederick para escribir el libro The Lucifer Effect: Understanding How Good People Turn Evil , que trata sobre las similitudes entre su propio experimento en la prisión de Stanford y los abusos de Abu Ghraib..

En la cultura popular

El cineasta italiano Carlo Tuzii fue el primer director en filmar una historia basada en el experimento cuando, en 1977, dirigió la película para televisión La gabbia ('La jaula'), para Rai 1. La historia original de Tuzii requería un grupo de veinte jóvenes de diversos orígenes sociales, que se dividieron aleatoriamente en & #34;guardias" y "prisioneros" y se le ordenó pasar un mes en lados opuestos de una puerta enormemente alta, con alambre de púas en la parte superior, construida en medio de un gran parque. Sin embargo, antes de que comenzara la fotografía principal, algunas preocupaciones de los ejecutivos de la RAI obligaron a Tuzii y a los guionistas a modificar el guión en una historia muy similar al experimento real de Stanford, incluido el resultado. Miguel Bosé interpretó al prisionero principal Carlo; La banda de pop progresivo Pooh compuso la música de la película y tuvo un éxito en Italia con una edición de 7 pulgadas del tema principal.

La película en alemán de 2001 Das Experiment , protagonizada por Moritz Bleibtreu, se basa en el experimento. Fue rehecho en 2010 en inglés como The Experiment.

The Experiment es una película de suspenso y drama estadounidense de 2010 dirigida por Paul T. Scheuring[1] y protagonizada por Adrien Brody, Forest Whitaker, Cam Gigandet, Clifton Collins, Jr. y Maggie Grace, sobre un experimento que se parece a Philip Zimbardo. 39; experimento de la prisión de Stanford en 1971.

La película de 2015 The Stanford Prison Experiment se basa en el experimento.

La serie de YouTube Mind Field , presentada por Michael Stevens, presenta un episodio que trata sobre el experimento.

En la temporada 3, episodio 2 de la serie de televisión Veronica Mars , titulado "My Big Fat Greek Rush Week", se presenta un experimento similar.

En The Overstory de Richard Powers, el personaje ficticio Douglas Pavlicek es un prisionero en el experimento, una experiencia que da forma a decisiones posteriores.

En la temporada 15, episodio 10 del programa de televisión American Dad , "American Data", Roger recluta a Steve, Toshi, Snot y Barry para un experimento similar.

Preocupaciones éticas

Algunos de los guardias' comportamiento supuestamente condujo a situaciones peligrosas y psicológicamente dañinas. Las preocupaciones éticas que rodean el experimento a menudo generan comparaciones con el experimento de Milgram, realizado diez años antes en 1961 en la Universidad de Yale, donde Stanley Milgram estudió la obediencia a la autoridad. Con el trato que los guardias estaban dando a los prisioneros, los guardias se absorbían tan profundamente en su papel como guardias que humillaban emocional, física y mentalmente a los prisioneros:

Cada prisionero fue buscado y desnudado sistemáticamente. Luego fue engañado con un spray, para transmitir nuestra creencia de que puede tener gérmenes o piojos... Los verdaderos presos varones no llevan vestidos, pero los verdaderos presos masculinos se sienten humillados y se sienten emasculados. Nuestro objetivo era producir efectos similares rápidamente poniendo a los hombres en un vestido sin ropa interior. De hecho, tan pronto como algunos de nuestros prisioneros fueron puestos en estos uniformes comenzaron a caminar y a sentarse de forma diferente, y a mantenerse de forma diferente – más como una mujer que como un hombre.

Muchos percibieron que el experimento implicaba una ética cuestionable, siendo la preocupación más grave que continuó incluso después de que los participantes expresaron su deseo de retirarse. A pesar de que a los participantes se les dijo que tenían derecho a irse en cualquier momento, los investigadores no lo permitieron. Aunque en ese momento solo había una supervisión ética limitada, algunos aspectos del estudio contradecían el contrato que se firmó con los participantes.

Desde la época de la SPE, las pautas éticas para los experimentos con seres humanos se han vuelto más estrictas. El experimento de la prisión de Stanford condujo a la implementación de reglas para evitar cualquier trato dañino a los participantes. Antes de que se implementen, los estudios en humanos ahora deben ser revisados por una junta de revisión institucional (EE. UU.) o un comité de ética (Reino Unido) y se debe determinar que cumplen con las pautas éticas establecidas por la Asociación Estadounidense de Psicología o la Sociedad Británica de Psicología. Estas pautas implican la consideración de si el beneficio potencial para la ciencia supera el posible riesgo de daño físico y psicológico.

Un informe posterior al experimento ahora se considera una consideración ética importante para garantizar que los participantes no se vean perjudicados de ninguna manera por su experiencia en un experimento. Aunque los investigadores realizaron sesiones informativas, fueron varios años después de la SPE. En ese momento, se olvidaron numerosos detalles; no obstante, Zimbardo concluyó a partir de su investigación de seguimiento que los participantes no experimentaron efectos negativos duraderos. La Asociación Estadounidense de Psicología especifica que el proceso de debriefing debe ocurrir lo antes posible para evaluar cualquier daño psicológico que pueda haberse causado y para rehabilitar a los participantes si es necesario. Si hay una demora inevitable en el informe, el investigador está obligado a tomar medidas para minimizar el daño.

Estudios similares

En 1967, el experimento de la Tercera Ola involucró el uso de dinámicas autoritarias similares a los métodos de control de masas del Partido Nazi en un salón de clases por parte del maestro de secundaria Ron Jones en Palo Alto, California, con el objetivo de demostrar vívidamente a la clase cómo la El público alemán en la Segunda Guerra Mundial podría haber actuado de la forma en que lo hizo. Aunque la veracidad de Jones' Las cuentas han sido cuestionadas, varios participantes en el estudio han pasado a actas para confirmar los hechos.

En ambos experimentos, a los participantes les resultó difícil abandonar el estudio debido a las funciones que se les asignaron. Ambos estudios examinan la naturaleza humana y los efectos de la autoridad. Las personalidades de los sujetos tuvieron poca influencia en ambos experimentos a pesar de la prueba antes del experimento de la prisión.

Tanto el estudio de Milgram como el de Zimbardo muestran claramente que los participantes se ajustan a las presiones sociales. La conformidad se fortalece al permitir que algunos participantes se sientan más o menos poderosos que otros. En ambos experimentos, el comportamiento de las personas se altera para que coincida con los estereotipos del grupo y muestra que nos conformamos con los demás de forma pasiva, incluso si el tema en cuestión es malévolo. Está claro que el deseo de la gente de ser un buen sujeto es mucho más frecuente que el de ser un sujeto que hace el bien.

Un estudio de 2007 sobre la vida en prisión examinó la posible relación entre la autoselección de los participantes y la disposición hacia comportamientos agresivos. Descubrieron que al responder a un anuncio, los participantes 'fueron significativamente más altos en las medidas de agresividad, autoritarismo, maquiavelismo, narcisismo y dominio social que aquellos que respondieron a un anuncio paralelo que omitió las palabras 'de la vida en prisión,' y fueron significativamente más bajos en empatía disposicional y altruismo ".

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Cómo fue el famoso "experimento de la cárcel de Stanford" que tuvo que suspenderse por perversidad

Esta imagen fue publicada originalmente en Flickr por Eric E. Castro. Ahora está disponible bajo licencia de Creative Commons Attribution 2.0 Generic license.

Fuente de la imagen, Eric. E. Castro

  • Autor, Redacción
  • Título del autor, BBC News Mundo
  • 2 diciembre 2018

Es uno de los estudios psicológicos más famosos de la historia y se ha contado tantas veces que algunos ya lo consideran un mito.

Quizás te suene: un profesor universitario de psicología recluta a un grupo de estudiantes y les pide que imaginen que están en una cárcel. Nombra a algunos guardias y a otros prisioneros.

En pocos días, los "carceleros" se tornan tan sádicos y abusan de tal forma de sus "presos" que el experimento debe ser suspendido.

Pasó de verdad, en 1971, y no en cualquier lado: en una de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos: Stanford , en California.

¿Cómo comenzó todo? Las raíces del experimento se han trazado hasta otro controvertido estudio psicológico llevado a cabo una década antes en otra famosa universidad estadounidense, la de Yale.

Ese estudio se conoce como "el experimento de Milgram" porque fue dirigido por el psicólogo de Yale Stanley Milgram.

Milgram quería analizar la obediencia a la autoridad.

Goering, Hess, Ribbentrop y Keitel en Nuremberg.

Fuente de la imagen, Getty Images

Su inspiración fueron los juicios de Nuremberg que juzgaron los crímenes del nazismo tras la Segunda Guerra Mundial. La mayoría de los acusados había basado su defensa en el hecho de que simplemente estaban "siguiendo órdenes" de sus superiores.

Milgram quiso averiguar hasta qué punto un ser humano "bueno" es capaz de dañar a otro por seguir órdenes.

Su experimento fue muy controvertido porque engañó a los participantes, diciéndoles que se trataba de un estudio sobre memoria y aprendizaje.

Dividió a los 40 voluntarios en dos grupos aleatorios: a unos les dijo que serían profesores y a los otros que serían estudiantes.

Luego se llevó a los "estudiantes" a otra habitación y les pidió a los "profesores" que pusieran a prueba la memoria de sus presuntos alumnos.

Les dijo que si se equivocaban debían castigarlos con una descarga eléctrica . La máquina que utilizaban para esto emitía descargas que iban desde los 50 hasta los 450 voltios. La potencia máxima tenía escrita abajo una advertencia que decía: "PELIGRO: choque severo".

Imagen extraída de las grabaciones del experimento de Milgram de 1963, emitidas en un documental de archivo de la BBC.

Resultó que la máquina no emitía voltaje y los gritos eran grabaciones. Pero lo cierto es que el controvertido experimento de Milgram comprobó que la mayoría de las personas estaban dispuestas a dañar físicamente a otro antes que enfrentarse a la persona que les había dado la orden.

La cárcel de Stanford

Una década más tarde, un profesor de psicología social de la Universidad de Stanford llamado Philip Zimbardo quiso llevar el experimento de Milgram un paso más allá y analizar cuán delgada es la línea que separa al bien del mal.

Zimbardo se preguntó si una persona "buena" podría cambiar su forma de ser según el entorno en el que estuviese.

Sacó un aviso ofreciendo 15 dólares diarios a los voluntarios que estuviesen dispuestos a pasar dos semanas en una prisión falsa.

El experimento fue financiado por el gobierno de EE.UU., que quería entender el origen de los conflictos en su sistema penitenciario.

Zimbardo seleccionó a 24 estudiantes, la mayoría blancos y de clase media, y los dividió en dos grupos, asignándoles aleatoriamente el rol de guardi á n de la cárcel o prisionero . Luego los dejó regresar a sus casas.

El experimento comenzó de forma brutal: policías verdaderos (que aceptaron participar en el proyecto) se presentaron en los hogares de los "prisioneros" y los arrestaron, acusándolos de haber robado.

Fueron esposados y llevados a la comisaría, donde se los fichó, y luego fueron trasladados -con los ojos vendados- hasta una supuesta prisión provincial (en realidad el sótano del Departamento de Psicología de Stanford, que había sido transformado en una cárcel de aspecto muy real).

Imagen extraída de las grabaciones del experimento de Stanford de 1971, emitidas en un reportaje de 2011 de la BBC.

Allí, los voluntarios fueron desnudados, inspeccionados, despiojados, desinfectados y recibieron un uniforme que consistía en una camiseta larga con un número (sin ropa interior), unas sandalias de goma y una gorra de nylon hecha con calcetines de mujer.

En los tobillos, los voluntarios que hacían de guardias les colocaron una pesada cadena.

Lo que pasó después terminaría causando tanto shock que eventualmente inspiraría no una ni dos, sino tres películas (una alemana en 2001 y dos de Hollywood en 2010 y 2015) además de innumerables libros y artículos.

Apenas comenzó el experimento, los guardias comenzaron a mostrar conductas abusivas que al poco tiempo se convirtieron en sádicas.

Si bien habían recibido instrucciones de no dañar físicamente a los presos, llevaron a cabo todo tipo de violencia psicológica .

Identificaban a los prisioneros con números, evitando llamarlos por su nombre, los enviaban constantemente a confinamiento solitario, los desnudaban, los obligaban a hacer flexiones, a dormir sobre el suelo, les ponían bolsas de papel sobre sus cabezas y los obligaban a hacer sus necesidades en baldes.

"El primer día que llegaron, era una pequeña prisión instalada en un sótano con celda falsas. El segundo día ya era una verdadera prisión creada en la mente de cada prisionero, cada guardia y también del personal", contó Zimbardo a la BBC en 2011, cuando se cumplieron 40 años desde su famoso experimento.

Varios de los presos empezaron a mostrar desórdenes emocionales .

"Lo más efectivo que hicieron (los guardias) fue simplemente interrumpir (nuestro) sueño, que es una técnica conocida de tortura ", le contó a la BBC en 2011 Clay Ramsey, uno de los prisioneros.

Sin embargo solo unos pocos de los estudiantes abandonaron el estudio.

Dave Eshleman, uno de los jóvenes que hizo de guardia, recuerda que tomó el experimento como una especie de juego actoral.

"Después del primer día, noté que no pasaba nada. Fue un poco aburrido, así que tomé la decisión de interpretar el papel de un guardia de prisión muy cruel", reveló.

El llamado "experimento de la cárcel de Stanford" llegó a niveles tan perversos que debió suspenderse menos de una semana después de comenzar. En total duró seis días.

Imagen extraída de las grabaciones del experimento de Stanford de 1971, emitidas en un reportaje de 2011 de la BBC

La conclusión de Zimbardo fue clara: la situación influ ye en la conducta humana y poner a personas buenas en un lugar malo las hace actuar mal o resignarse a ser maltratadas.

Sin embargo, con el paso de los años empezaron a surgir muchos cuestionamientos a esta teoría de que todos somos potenciales sádicos o masoquistas.

El principal cuestionamiento tuvo que ver con el rol que jugó el propio Zimbardo, quien durante el experimento actuó como el "superintendente" de la cárcel y habría aconsejado y alentado la actuación de los "guardias".

Pero a pesar de la controversia, Zimbardo, quien cobró gran notoriedad y hoy es considerado una eminencia en su campo, sigue manteniendo que su estudio fue una adición muy valiosa a la psicología y que sirve para entender fenómenos como los abusos cometidos en la cárcel iraquí de Abu Ghraib.

Zimbardo en el estreno de "The Stanford Prison Experiment" (2015), el film más reciente realizado sobre el controvertido experimento.

"(El estudio) nos dice que la naturaleza humana no está totalmente bajo el control de lo que nos gusta pensar como libre albedrío, sino que la mayoría de nosotros podemos ser seducidos para comportarnos de una manera totalmente atípica con respecto a lo que creemos que somos", le dijo a la BBC.

Raya

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El Experimento de la Prisión de Stanford

Previous video 4.2: fundamental attribution error, next video 4.4: conformity, 21,147 views.

The famous and controversial Stanford Prison Experiment , conducted by social psychologist Philip Zimbardo and his colleagues at Stanford University, demonstrated the power of social roles, social norms, and scripts.

Social Roles

One major social determinant of human behavior is our social role— a pattern of behavior that is expected of a person in a given setting or group (Hare, 2003). Each one of us has several social roles. You may be, at the same time, a student, a parent, an aspiring teacher, a son or daughter, a spouse, and a lifeguard. How do these social roles influence your behavior? Social roles are defined by culturally shared knowledge. That is, nearly everyone in a given culture knows what behavior is expected of a person in a given role. For example, what is the social role for a student? If you look around a college classroom you will likely see students engaging in studious behavior, taking notes, listening to the professor, reading the textbook, and sitting quietly at their desks. Of course, you may see students deviating from the expected studious behavior such as texting on their phones or using Facebook on their laptops, but in all cases, the students that you observe are attending class—a part of the social role of students.

Social roles, and our related behavior, can vary across different settings. How do you behave when you are engaging in the role of son or daughter and attending a family function? Now imagine how you behave when you are engaged in the role of employee at your workplace. It is very likely that your behavior will be different. Perhaps you are more relaxed and outgoing with your family, making jokes and doing silly things. But at your workplace you might speak more professionally, and although you may be friendly, you are also serious and focused on getting the work completed. These are examples of how our social roles influence and often dictate our behavior to the extent that identity and personality can vary with context (that is, in different social groups; Malloy, Albright, Kenny, Agatstein, & Winquist, 1997).

Social Norms

As discussed previously, social roles are defined by a culture’s shared knowledge of what is expected behavior of an individual in a specific role. This shared knowledge comes from social norms—a group’s expectations of what is appropriate and acceptable behavior for its members—how they are supposed to behave and think (Deutsch & Gerard, 1955; Berkowitz, 2004). How are we expected to act? What are we expected to talk about? What are we expected to wear? In our discussion of social roles, we noted that colleges have social norms for students’ behavior in the role of student and workplaces have social norms for employees’ behaviors in the role of employee. Social norms are everywhere including in families, gangs, and on social media outlets. 

Because of social roles, people tend to know what behavior is expected of them in specific, familiar settings. A script is a person’s knowledge about the sequence of events expected in a specific setting (Schank & Abelson, 1977). How do you act on the first day of school, when you walk into an elevator, or are at a restaurant? For example, at a restaurant in the United States, if we want the server’s attention, we try to make eye contact. In Brazil, you would make the sound “psst” to get the server’s attention. You can see the cultural differences in scripts. To an American, saying “psst” to a server might seem rude, yet to a Brazilian, trying to make eye contact might not seem an effective strategy. Scripts are important sources of information to guide behavior in given situations. Can you imagine being in an unfamiliar situation and not having a script for how to behave? This could be uncomfortable and confusing. How could you find out about social norms in an unfamiliar culture?

Zimbardo’s Stanford Prison Experiment

In the summer of 1971, an advertisement was placed in a California newspaper asking for male volunteers to participate in a study about the psychological effects of prison life. More than 70 men volunteered, and these volunteers then underwent psychological testing to eliminate candidates who had underlying psychiatric issues, medical issues, or a history of crime or drug abuse. The pool of volunteers was whittled down to 24 healthy male college students. Each student was paid $15 per day and was randomly assigned to play the role of either a prisoner or a guard in the study. Based on what you have learned about research methods, why is it important that participants were randomly assigned?

A mock prison was constructed in the basement of the psychology building at Stanford. Participants assigned to play the role of prisoners were “arrested” at their homes by Palo Alto police officers, booked at a police station, and subsequently taken to the mock prison. The experiment was scheduled to run for several weeks. To the surprise of the researchers, both the “prisoners” and “guards” assumed their roles with zeal. In fact, on day 2, some of the prisoners revolted, and the guards quelled the rebellion by threatening the prisoners with night sticks. In a relatively short time, the guards came to harass the prisoners in an increasingly sadistic manner, through a complete lack of privacy, lack of basic comforts such as mattresses to sleep on, and through degrading chores and late-night counts.

The prisoners, in turn, began to show signs of severe anxiety and hopelessness—they began tolerating the guards’ abuse. Even the Stanford professor who designed the study and was the head researcher, Philip Zimbardo, found himself acting as if the prison was real and his role, as prison supervisor, was real as well. After only six days, the experiment had to be ended due to the participants’ deteriorating behavior. 

The Stanford prison experiment demonstrated the power of social roles, norms, and scripts in affecting human behavior. The guards and prisoners enacted their social roles by engaging in behaviors appropriate to the roles: The guards gave orders and the prisoners followed orders. Social norms require guards to be authoritarian (such behavior was reinforced; see Haslam, Reicher, & Van Bavel, 2018) and prisoners to be submissive. When prisoners rebelled, they violated these social norms, which led to upheaval. The specific acts engaged by the guards and the prisoners derived from scripts. For example, guards degraded the prisoners by forcing them do push-ups and by removing all privacy. Prisoners rebelled by throwing pillows and trashing their cells. Some prisoners became so immersed in their roles that they exhibited symptoms of mental breakdown; however, according to Zimbardo, none of the participants suffered long term harm (Alexander, 2001).

This text is adapted from OpenStax, Psychology. OpenStax CNX.

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    Aug 7, 2024 · La misma pregunta debió formularse Philip G. Zimbardo, psicólogo social estadounidense, antes de comenzar su famoso estudio desarrollado en 1971: el experimento de la cárcel de Stanford. Lo cierto es que la ‘cárcel’ era en realidad los sótanos del Departamento de Psicología de la Universidad de Stanford, habilitados para asemejarse ...

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    Nuestra cárcel se construyó cubriendo con placas cada extremo del pasillo en el sótano del edificio del Departamento de Psicología de Stanford. Este pasillo fue "el patio", el único espacio exterior donde los reclusos tenían permiso para caminar, comer o hacer ejercicio, excepto para ir al lavabo situado en el vestíbulo (los reclusos ...

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    Descubre los impactantes resultados del experimento de la cárcel de Stanford. El Experimento de la Prisión de Stanford: Análisis en Profundidad de Philip Zimbardo. El Experimento de la Prisión de Stanford, llevado a cabo por el psicólogo Philip Zimbardo en 1971, es uno de los estudios más conocidos en el campo de la psicología social.

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    5 days ago · Para tratar de comprender qué llevó a los guardias de prisión a cometer tales atrocidades, el doctor en psicología Philip Zimbardo, profesor de la Universidad de Stanford ideó un experimento. Tomó a 24 voluntarios universitarios sin antecedentes y recreó una prisión en los sótanos de la facultad de psicología de la universidad.

  8. Experimento de la prisión de Stanford - AcademiaLab

    La película de 2015 The Stanford Prison Experiment se basa en el experimento. La serie de YouTube Mind Field, presentada por Michael Stevens, presenta un episodio que trata sobre el experimento. En la temporada 3, episodio 2 de la serie de televisión Veronica Mars, titulado "My Big Fat Greek Rush Week", se presenta un experimento similar.

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    Dec 2, 2018 · Pie de foto, Placa que recuerda el experimento de la cárcel de Stanford, en 1971, que sigue siendo controversial. Información del artículo. Autor, Redacción Título del autor, BBC News Mundo

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    The Stanford prison experiment demonstrated the power of social roles, norms, and scripts in affecting human behavior. The guards and prisoners enacted their social roles by engaging in behaviors appropriate to the roles: The guards gave orders and the prisoners followed orders.